La buena relación, sana, equilibrada, respetuosa es como un «cara a cara de dos muelles», cada uno ejerce una presión, el uno contra el otro, pero de forma alterna, cuando uno habla el otro escucha, recibe (*)
Así que la base satisfactoria para una buena relación es:
palabra/escucha
escucha/palabra
Cuando el otro habla, acepto escucharlo sin ocultar, sin auscultar, sin proyectar, sin distorsionar o lo menos posible.
Cuando yo hablo acepto ser entendido, reconocido, escuchado, auscultado, deformado, incomprendido, traicionado.
Tengo un espacio personal A:
- a conocer
- y entonces saber hacer respetar
El otro tiene un espacio personal B
- a conocer
- después a hacer respetar
A R B
A y B están en su espacio personal a proteger y conservar.
R es el espacio de intercambio, de compartir, de mobilidad. Este espacio ocupa de forma alterna A y después B.
AR B
Después la relación es a la inversa.
A RB
Un ejemplo:
El Sr. X pregunta a su mujer si quiere salir esta noche. Ella dice que no, y después de que ella se haya expresado completamente, le pregunta a su marido qué es lo que él desea. Así se siente disponible para poder escucharle a él.
Cada uno está satisfecho porque ha podido expresarse y nutrir su curiosidad. Todo como el vaivén entre playa y océano, como la arena blanca y la ola azul. En este espacio no hay nada más que el canto y las caricias hablándose y escuchándose a través de la niebla salina y de los trozos de madera flotantes …. Al igual que los desnudos amantes que respiran libremente descansando. Es el vaivén de sus caderas meciéndose al ritmo de su deseo, su placer, su delirio …. su deleite.
Extracto del libro «Santé? – Ressentez!», Vos symptômes révèlent vos rouages secrets, «Salud? – Siéntala!» Sus síntomas revelan sus mecanismos secretos, (2015) de Christian Flèche
(*) Pero a veces uno imprime (se traga las cosas). Y si el otro le oprime, se deprime.